Descubre todo lo que debes saber para conservar y cuidar tu cepillo de dientes.

Es un hábito que adquirimos desde que tenemos uso de razón: hay que lavarse los dientes después de cada comida. Sabemos que una buena salud bucal comienza por una correcta limpieza, pero ¿limpiamos correctamente nuestro cepillo de dientes? ¿Lo guardamos de una manera adecuada? ¿Y si el cepillo que usamos tiene bacterias u hongos por un mal uso? Recientemente, la noticia de que debemos cambiar nuestro cepillo de dientes cada tres meses, o antes si las cerdas estén estropeadas, sorprendía a muchos usuarios de redes sociales. Nosotros damos un paso más y te contamos cómo debes cuidar el cepillo para que él te ayude, diariamente, a proteger tu salud.

¿Cómo actúa un cepillo de dientes?

Ya hemos hablado, en otras ocasiones, de cómo cepillarnos correctamente los dientes. Así que cuando decimos “cómo actúa”, nos referimos a cuál es su función.

-Después de comer, quedan entre nuestros dientes restos de alimentos que contienen bacterias y que se acumulan en nuestra boca. Con un buen cepillado y un adecuado enjuague, conseguiremos eliminar esos restos y prevenir, por lo tanto, otros problemas como la formación de placa, caries o enfermedades de encías. Y aunque al enjuagarnos expulsamos parte de esos restos alimenticios, una parte a veces invisible se queda en los finos filamentos del cepillo.

-Según un estudio de 2014 de la Universidad de Manchester, un cepillo dental puede contener hasta 10 millones de bacterias. Algunas investigaciones han demostrado la presencia de E. Coli o herpe-virus en cantidad suficiente como para infectar a otra persona. Pero no nos alarmemos: muchas de estas bacterias provienen de nuestro cuerpo, del aparato digestivo y no son peligrosas. Otros muchos patógenos están en lo que comemos o el aire que respiramos. También hay en nuestras manos si no las lavamos perfectamente. Encontramos incluso en el vaso del agua con que nos enjuagamos o en la boca del tubo de flúor, por lo que es recomendable no apoyarlo en el cepillo.

-A esta circunstancia se suma una más: los cepillos de dientes se pueden contaminar muy fácilmente por la humedad y el calor habituales en los servicios. Por lo tanto, es clave limpiar los cepillos tras usarlos porque el agua no es suficiente.

-Después de este contexto, creemos que no deberían quedar dudas, pero por si acaso: NO, no se puede compartir el cepillo de dientes porque compartiríamos, también, bacterias, hongos o virus.

¿Cómo limpiar y desinfectar un cepillo de dientes?

-Después de cepillarnos los dientes, es importante enjuagar el cepillo bajo el agua corriente para eliminar los restos de alimentos, pasta dental y saliva.

-Tras el enjuague, podemos llenar un vaso de agua tibia y añadir un poco de colutorio. El líquido debe ser suficiente para cubrir la cabeza del cepillo por completo. Ahí deberá permanecer un par de minutos. También se pueden usar otros limpiadores naturales como vinagre o bicarbonato de sodio, pero seguramente, el enjuague lo tenemos más a mano y su eficacia en los dientes está ya sobradamente contrastada.

-Tras la desinfección, debemos enjuagar el cepillo de nuevo con agua corriente para eliminar la mezcla de agua y colutorio.

-E importante: se deben secar por completo los filamentos, no con la toalla de las manos que podría estar sucia o contaminada, sino sacudiendo el cepillo al aire.

¿Cómo guardar el cepillo de dientes correctamente?

Si importante es limpiar bien el cepillo tras usarlo, igual de relevante es guardarlo de manera correcta porque, también, se puede contaminar si no lo dejamos donde debemos.

-La primera recomendación es lógica, pero seguro que te sorprende: no hay que guardar todos los cepillos de la familia en un mismo vaso porque las cerdas podrían tocarse entre sí. Es recomendable colocarlos en vertical en un portacepillos para evitar la transferencia de bacterias entre ellos.
Mantén el portacepillos limpio y seco, porque de poco sirve tener limpio y seco el cepillo si donde lo dejamos no lo está.

-A veces es difícil, pero el portacepillos debe estar lo más alejado posible de la humedad, es decir, del lavabo. Mejor en la pared o en un estante, que en el clásico vaso sobre la pila.

-Y hablando de contaminación, el mayor foco de bacterias de la casa está en el inodoro. Aprendimos el término “aerosoles” en la pandemia y ahora sabemos todo lo dañinos que pueden ser estos microorganismos que se mueven libremente por el aire. Por eso, es fundamental mantener la tapa bajada, sobre todo al tirar del depósito de agua. Y, por ello, los cepillos han de estar lo más lejos posible del wc.

¿Es bueno guardar el cepillo de dientes con capuchón?

La mayoría de expertos están de acuerdo: NO. Al final, no deja de ser un cajetín cerrado que se puede ensuciar o contaminar y que, fácilmente, coge humedad. Los capuchones solo se deben usar para transportar nuestro cepillo de dientes.

¿Cada cuánto se debe cambiar el cepillo de dientes?

La vida media de un cepillo es de entre tres y cuatro meses, así que ese es el periodo en el que, si lo limpiamos y guardamos de manera correcta, está garantizado su adecuado estado. Pero deberás incluso cambiarlo antes si ves que los filamentos están doblados o sucios. O tras pasar una enfermedad. En esto, como en todo, es mejor prevenir.

Esperamos haberte ayudado y resuelto todas tus dudas sobre cómo cuidar y guardar tu cepillo de dientes, pero, por supuesto, si deseas saber más sobre el adecuado uso de tu cepillo de dientes o cualquier aspecto de tu salud bucodental, no dudes en ponerte en contacto con nosotros.

 

Foto de Nataliya Melnychuk en Unsplash