¿Cómo elegir un buen cepillo de dientes? Llevamos toda la vida lavándonos los dientes y, sin embargo, es posible que no sepamos responder a esta pregunta. ¿Qué criterios hay que tener en cuenta a la hora de comprar un cepillo de dientes?

Lo cierto es que cualquier cepillo que te resulte cómodo, puede ser bueno ya que, mucho más importante que el tipo de cepillo, lo es realizar una buena limpieza, lavarse bien los dientes, hacerlo durante dos o tres minutos y siempre después de cada comida.

Sin embargo, elegir cepillo de dientes es una decisión muy personal que, muchas veces, resulta difícil. Especialmente, en el instante en el que uno se sitúa frente a la estantería de los cepillos de dientes y se siente completamente abrumado por la enorme variedad de cepillos, tipos, colores, formas,… Por ello, desde Naturdent, compartimos contigo nuestros consejos para elegir un buen cepillo.

• Observa la dureza de las cerdas del cepillo. Existen cepillos blandos, medios y duros… Pregunta a tu dentista qué tipo de cepillos se adecúan a tus dientes y sigue su consejo. Su recomendación será personalizada y se adaptará, sin duda, a tu situación y características.

Ten cuidado con los cepillos muy duros ya que, a pesar de tener la fama de ser los que mejor limpian, pueden conllevar un cepillado demasiado duro que termine por dañar el esmalte, retraer las encías y provocar un aumento de la sensibilidad al calor, al frío y a determinados alimentos.  Ten en cuenta la sensibilidad de tus encías y, si padeces alguna enfermedad como la periodontitis, utiliza cepillos suave o extrasuaves.

En general, la mayor parte de los odontólogos, recomiendan los cepillos de dureza media, ya que son agradables en el tacto y eficaces en la retirada de restos de comida.

• Forma de las cerdas: curvadas, rectas, con un apéndice en el extremo… Son variantes que dependen de gustos y de cómo cada cual se siente mejor. Prueba diferentes opciones y decántante por la que sea mejor para ti. No hay criterios médicos que recomienden una u otra.

• Elige un tamaño pequeño o medio: los cepillos demasiado grandes no son capaces de llegar a todos los rincones de la boca. Escoge aquel que se adapte al tamaño de tu boca.

• Respecto al mango, procura que sea de un material antideslizante y con una longitud suficiente para agarrarlo con comodidad y llegar hasta los puntos de nuestra boca que deseemos. El hecho de que sea flexible también ayuda, y mucho, en el cepillado.

• El capuchón ¿sí o no? Lo ideal para la mejor conservación del cepillo de dientes es lavarlo muy bien tras cada uso, retirar todos los restos de pasta y dejarlo secar al aire, sin capuchón alguno. La humedad es siempre caldo de cultivo de virus y bacterias, por ello es preferible evitar cualquier elemento que haga permanecer la humedad e impida el secado. Eso sí, si viajas con frecuencia o llevas siempre un kit de limpieza contigo (algo altamente recomendable), utiliza capuchones para mantener limpio el cabezal del cepillo.

• ¿Eléctrico o manual? Para gustos, los colores. Ambas opciones proporcionan un buen cepillado de los dientes. Los cepillos eléctricos facilitan el movimiento y permiten llegar a recovecos difíciles, sin embargo, un cepillado manual puede ser tan exhaustivo y eficaz como uno eléctrico. Lo mejor… probar ambas posibilidades y decantarse por aquella en la que uno se sienta más cómodo. Los cepillos eléctricos son ideales para personas con afecciones que les reducen la movilidad y aquellas que portan aparatos dentales o tienen dentaduras con dientes desalineados y difíciles de limpiar.

• ¿Farmacia o supermercado? En ambos lugares encontrarás buenos cepillos, pero lo cierto es que en el supermercado tienes más riesgo de encontrar cepillos de dientes que no reúnan criterios de calidad suficiente (suelen ir acompañados de precios muy bajos).

Por supuesto, ten en mente que es conveniente cambiar el cepillo de dientes al menos cada tres meses para evitar la proliferación de bacterias y microorganismos dañinos, después de pasar una enfermedad o cuando observamos que las cerdas están desgastadas. Definitivamente, un cepillo deshilachado no limpia bien.

Con todo ello, recuerda: no cojas el primer cepillo que veas… ¡y elige el mejor para ti!