La halitosis o mal aliento no es una enfermedad. ¡Ni muchísimo menos!, pero sí que afecta, y mucho, a quien la padece. Es molesta y consigue incluso que cambiemos nuestros hábitos de vida y la manera de relacionarnos con los demás. Por todo ello, hoy desde Naturdent, queremos ayudarte a conocer mejor la halitosis, saber cuáles son sus causas y los consejos para hacer que la halitosis disminuya o desaparezca.

¿QUÉ ES LA HALITOSIS?
Halitosis es el término médico que recibe el mal aliento u olor desagradable que emana de la boca. En el 90% de las veces, la causa proviene de los millones de bacterias que habitan en nuestra boca, pero también hay otros muchos motivos que  la provocan.

¿CUÁLES SON LAS CAUSAS DE LA HALITOSIS?
¡Muchísimas y muy variadas! Te nombramos las más habituales:
• Mala higiene bucal: si una persona no cuida su boca y no realiza un correcto cepillado de dientes al menos tres veces al día, tiene muchísimas posibilidades de sufrir halitosis.
• Digestiones pesadas o problemas digestivos: tener mala digestión puede derivar en un problema de mal aliento ya que los alimentos ingeridos tienen dificultades en ser absorbidos por el organismo y eso repercute en la boca. El reflujo, úlceras o gastritis son otras dolencias que también tienen su reflejo en el aliento.
• Problemas respiratorios como puede ser la obstrucción nasal o amigdalitis.
• Afecciones bucales tales como enfermedades periodontales, caries, hiposalivación y muchas más.
• El consumo de alimentos con un fuerte olor, como el ajo o la cebolla.
• Otras muchas enfermedades, como la diabetes o la insuficiencia renal, e incluso el consumo de determinados medicamentos, también afecta al mal aliento. Incluso el estrés puede tener que ver.

CONSEJOS PARA EVITAR LA HALITOSIS

– Ante todo, y en primer lugar, extrema tu limpieza bucal. Un buen cepillado, bien con cepillo eléctrico o manual, repasando cada una de las piezas dentales, con movimiento unidireccional desde la encía hasta el extremo de los dientes y una duración mínima de tres minutos, es esencial para mantener la dentadura limpia y evitar la aparición de sarro. Esta operación hay que repetirla al menos tres veces al día y, si es posible, siempre que se haya comido algo.

– Incorpora a tu hábito de limpieza la seda dental: el hilo dental es un instrumento ideal para alcanzar aquellos recovecos dentales a los cuales un cepillo tradicional o eléctrico no puede llegar. De lo contrario, los restos de comida permanecen entre los dientes, iniciando su descomposición y multiplicando las posibilidades de provocar caries y, por supuesto, el mal olor.

– Al cepillarte los dientes, no te olvides de la lengua y límpiala también. Es la gran olvidada, pero acumula cientos de bacterias. Si observas bien, en ocasiones adquiere una coloración blanquecina. Realiza la limpieza con el cepillo desde el nacimiento de la lengua hasta la punta.

– Visita a tu dentista anualmente y realiza limpiezas dentales frecuentes para eliminar el sarro y cuidar la placa dental.

– Utiliza enjuagues bucales al menos una vez al día, preferiblemente antes de acostarte. Asegúrate de que compras un enjuague bucal de calidad y haz gárgaras con él entre dos o tres minutos. Sentirás un gran frescor y este perdurará.

– Lleva siempre contigo tu kit de limpieza y utilízalo si vas a comer fuera o pasar largas horas fuera de casa. Existen cepillos de dientes plegables de muy pequeño tamaño, al igual que botecitos de pasta de tamaño menor. No te ocupará espacio y, en cambio, te dará salud y sensación de bienestar.

– Apóyate en pastas de dientes recomendadas para evitar la halitosis. Aquellas que contienen  clorhexidina, cloruro de cetilpiridinio y lactacto de zinc suelen ser las más indicadas para este fin.

– Si crees que el mal aliento proviene de un problema digestivo, no lo dudes y acude al médico especialista. Debes encontrar la causa de ese malestar y encontrar una solución. Hablamos de salud…

– Come con calma y realiza una buena masticación con el fin de evitar la fermentación de los alimentos.

– Evita alimentos con un olor muy fuerte como el ajo, la cebolla y especias tipo curry.

– Procura hidratarte, beber agua abundante, comer alimentos que favorecen la salivación como cítricos y evitar alimentos secos y pastosos.

– Ayúdate de caramelos, regalices, juanolas o chicles de menta para momentos puntuales, pero asegúrate de que están libres de azúcar (o el remedio será peor que la enfermedad) y utilízalos con mesura. Estar constantemente masticando no es beneficioso para la dentadura.

– En el mercado encontrarás otro tipo de productos para evitar el mal aliento como sprays e incluso pastillas. ¿Son útiles? En realidad, “enmascaran” la situación.  Funcionan en un sentido estrictamente inmediato, pero no eliminan el mal aliento, sobre todo si es de origen gástrico.

– Por supuesto, no fumes, ni bebas alcohol…

Si te preocupa la halitosis, no dudes en contactar con tu dentista, ya que existen tratamientos que lo atajan y mimimizan si encuentran el motivo: tratando la causa, se elimina el problema.