La polémica está servida con el flúor: ¿Es el flúor tóxico? ¿Es perjudicial para nuestra salud? Este elemento químico de la tabla periódica está presente en muchos alimentos u objetos de uso diario como son la pasta de dientes, enjuagues bucales, el agua embotellada, los alimentos procesados o las bebidas sin alcohol. Y muchos más, ya que incluso hay medicamentos hechos con fluoruro o, sin ir más lejos, sartenes.

Al flúor siempre se le ha atribuido de forma científica su capacidad para combatir las caries y reparar el esmalte, sin embargo, en la actualidad son muchas las voces que ponen en cuestión la conveniencia de su uso. Por poner un ejemplo, la revista científica “The Lancet” ha declarado al flúor como una neurotoxina, al igual que lo son el arsénico, el plomo y el mercurio. Las neurotoxinas son capaces de alterar el sistema nervioso central. Pero, además, al flúor se le atribuyen otros efectos secundarios y lo relacionan con mutaciones genéticas, la aparición del cáncer, la debilidad de los huesos con enfermedades como la osteoporosis, una disminución del coeficiente intelectual, desajustes en el desarrollo cognitivo, declive en el sistema inmunológico, hipotiroidismo e incluso el adelantamiento de la pubertad con el consecuente riesgo de infertilidad.

Es asimismo cierto que el flúor ingerido en exceso puede afectar la estructura dental, pero solo en casos de intoxicación crónica (fluorosis), es decir, altas ingestas de flúor por largos periodos de tiempo. Esto se ha visto en países donde las fuentes de agua están saturadas de flúor de manera natural, pero no es habitual encontrarse con casos de fluorosis por ingesta de pasta dental. De hecho, en relación con el agua, son muchos los países que han retirado la fluoración del agua. En Europa occidental la rechaza el 99%. También lo han hecho China y Japón, y tan solo, entre las grandes potencias, Estados Unidos la mantiene.

¿Qué ocurre con las pastas de dientes y el flúor?

La mayoría de las pastas dentales contienen flúor y su uso es beneficioso para los dientes, siempre y cuando se realice en las proporciones adecuadas. De hecho, muchas pastas llevan en sus etiquetas el aviso del riesgo de intoxicación si se consume en exceso.

Es esta una cuestión de especial importancia para los más pequeños, que pueden quedar seducidos por los colores y sabores de las pastas infantiles y comerse la pasta en vez de emplearla como un jabón dental y expulsarla una vez hecha la limpieza bucal.

En el caso de que esto sucediera, el primer paso es acudir al médico, ya que existe un riesgo de intoxicación por flúor. Los síntomas de una intoxicación motivada por el flúor son dolor de estómago, náuseas, vómitos, diarrea, dolor de cabeza y mareos, pero si la ingesta es desproporcionada, incluso puede provocar la muerte. Y, aunque parezca alarmante, ingerir un simple tubo de pasta de dientes, puede conllevar graves consecuencias.

Pero además, por curioso que parezca, el flúor puede destruir nuestros dientes. Un exceso de flúor puede provocar la aparición de manchas de diversas tonalidades y caries, el daño del esmalte y decoloración. Estos síntomas son conocidos como fluorosis dental y, de nuevo, debemos tener especial cuidado con nuestros niños. Sus dientes están en formación y son más vulnerables que los de los adultos. De hecho, son muchos los dentistas que recomiendan pastas sin flúor hasta los 8 años. Pero también hay otras voces, como el Instituto Nacional de Investigación Dental y Craneofacial (NIDCR) o la Oficina de Prevención de Enfermedades y Promoción de la Salud (ODPHP) de Estados Unidos, que aconsejan el uso de pastas con flúor para los niños con el fin de prevenir las caries.

¿Qué opina el Consejo General de Dentistas de España sobre el flúor?

El máximo órgano de los dentistas españoles recomienda aplicar una cantidad similar a un grano de arroz desde el momento en el que sale el primer diente hasta que el pequeño cumpla los dos o tres años. Pasado este momento, la cantidad puede aumentarse hasta alcanzar el tamaño de un guisante.

Y ¿qué pasa con los adultos?

El uso de la pasta de dientes con flúor está aconsejado ya que su capacidad para prevenir las caries está verificado, pero siempre debemos hacerlo empleando la dosis adecuada (similar a un guisante) y con proporciones nunca superiores a lo establecido por la Unión Europea, que fija un límite máximo de 1.500 partes por millón (ppm). Todos los envases de pasta de dientes registran en él la cantidad de flúor que contienen y, en línea general, desde Naturdent aconsejamos una proporción entre 1.000 ppm y 1.500 ppm.

Sin embargo, ya existen en el mercado numerosas pastas de dientes sin flúor, que también se han convertido en una opción lícita para cuidar de nuestra boca.

Y es que, como habrás podido apreciar, en cuestión de flúor, no hay un consenso claro. Mientras existen estudios que hablan de la toxicidad de este elemento, otros informes avalan su utilidad contrastada por la evidencia científica y la experiencia. Desde Naturdent, seguiremos informando.