¿Por qué hay que tener cuidado con los piercings bucales?
Los piercings bucales se han convertido en una costumbre, especialmente, entre la gente joven. Estas perforaciones de lengua, labios o incluso mejillas están a la orden del día, sin embargo, antes de decidirte a ponerte un piercing bucal, es importante saber qué va a ocurrir en tu cuerpo cuando te lo hagas y qué precauciones debes tener.
¿Qué es un piercing bucal?
Se trata de una perforación realizada en los labios, en la lengua o en la zona de la mejilla próxima a la boca. Se realiza con fines estéticos y es un hábito muy extendido.
¿Qué ocurre en el organismo cuando se realiza un piercing bucal?
Ten en cuenta que las zonas que componen la boca son partes del cuerpo con muchísima irrigación. No hay más que darse un golpe en los dientes y comprobar la cantidad de sangre que sale. Un piercing traspasa la piel y, además, lo hace con intención de generar ahí un hueco permanente. El organismo, en un primer momento, se rebela contra esa agresión y trata por todos los medios de cerrar la herida. Es por tanto imprescindible extremar las medidas de higiene ya que, si no, podemos sufrir una infección.
¿Cuáles son los riesgos que corres si te haces un piercing bucal?
-Dolor e hinchazón: es lógico, no en vano estamos «agujereando» nuestra piel.
-Infección: en la boca se reúnen millones de bacterias, un caldo de cultivo proclive para fomentar cualquier infección, agravada por la presencia de un elemento extraño.
-Leve sangrado y hemorragia: si el piercing atraviesa un vaso sanguíneo, puede dar lugar a una hemorragia.
-Nuevas heridas o rotura de dientes: tener dentro de la boca un trozo de metal provoca roces y golpes en los dientes, así como en las encías.
-Riesgo de contagio de ciertas enfermedades, como puede ser la hepatitis.
-Dificultad en el habla, la masticación o la pronunciación: no en vano tenemos en la boca de forma permanente un elemento no previsto para la realización de estas funciones.
¿Qué medidas de precaución tenemos que seguir si queremos hacernos un piercing?
Ante todo, sentido común:
– Consulta en primer lugar con tu dentista la conveniencia o no de realizar un piercing en tu caso particular: no todos somos iguales.
– Evita hacerte un piercing si estás embarazada, padeces algún problema de piel, eres alérgico a los materiales del pendiente o consumes medicamentos anticoagulantes.
– Si finalmente decides hacerte el piercing, acude a un profesional con licencia para realizar esta práctica.
– Comprueba que su estudio reúne todas las condiciones de higiene. Asegúrate de que va a realizar el piercing con guantes quirúrgicos, material esterilizado y agujas desechables.
– Confirma que el pendiente será de un material adecuado como acero quirúrgico, titanio, oro, bioplástico o silicona.
– Sigue todas las recomendaciones y desinfecta la zona los días siguientes a la perforación.
– Ponte hielo, evita el alcohol, el tabaco, así como cítricos o alimentos picantes y procura no estar todo el tiempo tocando o jugando con el piercing.
– No extraigas la joya en el periodo de recuperación: espera a no tener ningún síntoma o la herida se cerrará.
– Realiza revisiones periódicas con tu dentista para asegurar que tu boca responde bien ante la presencia de un piercing.
Conclusión
Debemos decirte que, desde Clínica Dental Naturdent, te aconsejamos no hacerte ningún piercing bucal por sus contraindicaciones, pero si lo vas a realizar, eso sí, te pedimos que tengas en cuenta todos estos consejos.
¡Hasta pronto!