Es posible que hayas oído hablar de él: es el síndrome de la boca ardiente, un síndrome con un nombre un tanto llamativo, pero que refleja de forma muy expresiva lo que sienten las personas que lo padecen. Hoy te ayudamos a conocer mejor esta enfermedad de la boca, sus síntomas y cómo tratarla.
¿Qué es el síndrome de la boca ardiente?
El síndrome de la boca ardiente (también llamada SBA o glosodinia y glosopirosis) es una enfermedad crónica leve (pero dolorosa y compleja) que produce sensación de quemazón en la boca.
¿Cuáles son sus síntomas?
En esencia, la boca arde y escuece, además de sentir hormigueos y sensación de que se duerme o entumece. También es posible que aparezca sequedad bucal y que se altere el sabor de los alimentos que se consuman, predominando un sabor metálico o, en ocasiones, amargo. También puede darse dificultades para tragar e intolerancia a las prótesis. Las molestias suelen concentrarse en la lengua (especialmente en la punta y en los bordes), pero también pueden notarse en labios, encías, cara interna de la boca, paladar y resto de cavidad bucal.
El dolor, por lo general, es constante, pero se producen crisis de dolor más agudo. Es habitual que el dolor aumente conforme avanza el día, siendo la tarde el peor momento de la jornada, ya que las molestias tienden a desaparecer cuando llega la noche. Este síndrome no llega a despertar a los pacientes por dolor, pero sí les produce dificultades para conciliar el sueño. Además, estos síntomas pueden producirse de continuo o durar unos meses (o años incluso) y luego remitir.
¿Cómo aparece el SBA?
Este síndrome suele hacer acto de presencia de forma espontánea, sin previo aviso y, con frecuencia, en personas con xerostomía (boca seca). El uso crónico de medicamentos, el estrés y otros factores psicológicos suelen estar presentes. Es recomendable acudir al especialista ante la aparición de los primeros síntomas.
¿Qué causa el síndrome de la boca ardiente?
El síndrome de la boca ardiente es multifactorial y genera gran controversia entre quienes estudian esta patología. Actualmente, no existe una respuesta uniforme avalada por la ciencia aunque es común en personas con sequedad en la boca.
Se sabe que puede ser producto de un problema propiamente de la boca, pero también la consecuencia o efecto rebote de otra enfermedad. En el primer caso, se cree que se debe a que los nervios del sistema nervioso central o periférico que controlan el dolor y el gusto se encuentran afectados. En el segundo, la solución pasa por tratar el problema médico que provoca el trastorno, pero también se han dado casos en los cuales erradicar esa enfermedad de origen no ha sido suficiente para dejar de padecer los efectos del síndrome de la boca ardiente.
Entre los posibles causantes del síndrome de la boca ardiente, se encuentran:
- Cambios hormonales.
- Xerostomía (deficiencia en la producción de saliva).
- Tratamientos odontológicos.
- Trastornos metabólicos como la diabetes.
- Hábitos tóxicos como el consumo de alcohol y tabaco.
- Infecciones de la boca.
- Reacciones alérgicas tanto a productos dentales como a alimentos.
- Hábitos orales adquiridos como el bruxismo, morderse la lengua, los labios o las uñas o morder objetos.
- Deficiencias nutricionales como pueden ser bajos niveles de vitaminas y/o minerales.
- Síndrome de la boca seca.
- Reflujo gastroesofágico.
- Consumo de ciertos medicamentos, como antihistamínicos y antidepresivos o los destinados a hipertensión arterial, o tratamientos de alto impacto.
- Factores psicológicos como la ansiedad o la depresión.
- Boca excesivamente irritada debido al uso de pastas dentífricas demasiado abrasivas, cepillados fuertes y uso abusivo de enjuagues fuertes o bebidas ácidas.
¿Quién suele padecer con mayor frecuencia esta enfermedad?
Las mujeres la sufren hasta cinco veces más que los hombres y la edad también es un factor influyente, ya que suele aparecer con mayor frecuencia en personas mayores de 60 años. El perfil clásico de paciente que refiere el síndrome de boca ardiente suele ser una mujer de entre 50 y 60 años que se encuentra en periodo menopáusico o postmenopáusico. También puede darse en hombres, pero es muy raro encontrarlo en niños y adolescentes.
¿Es fácil de diagnosticar?
Sí y no: los síntomas que refiere el paciente son claros y no dejan lugar a dudas, pero no son fáciles de percibir en una exploración (ya que no hay signos clínicos) y tampoco existe una prueba específica que constate el diagnóstico. El síndrome de la boca ardiente continúa centrando la investigación de numerosos científicos en la búsqueda de un mejor diagnóstico y, por ende, la posibilidad de diseñar tratamientos más específicos y eficaces.
Ante su complejidad, en el proceso de diagnóstico suelen intervenir diversos especialistas y es frecuente solicitar al paciente pruebas varias para descartar otras patologías y/o encontrar la causa del trastorno.
Y cuando ya lo tenemos, ¿cómo lo curamos?
Como en otras muchas afecciones, lo curioso y lo difícil es que no todas las personas reaccionan igual ante un tratamiento. La explicación, grosso modo, es que la causa que lo origina puede ser tan variada, que también lo es el tratamiento. En ocasiones, con la simple retirada del medicamento que provoca el síndrome de boca ardiente, desaparece el problema. En otras, tratando la enfermedad de origen que lo provoca, también se logra combatir este síndrome. En otros casos, el uso de medicamentos destinados a reducir el dolor o tratar la sequedad en la boca, son la solución.
En definitiva, no existe un tratamiento específico y concreto que se pueda generalizar para todos los pacientes, sino que, será preciso analizar cada caso de forma absolutamente personalizada con un estudio clínico exhaustivo y pormenorizado.
¿Algún consejo que nos ayude a aliviar las molestias?
Existen, y algunos son tan lógicos como los siguientes:
- Estimular las glándulas salivales para un mejor funcionamiento. Tu dentista sabe cómo hacerlo.
- Evitar todo alimento que nos produzca ardor, como bebidas muy calientes, alimentos picantes o el alcohol (incluido colutorios que contengan alcohol) y bebidas carbonatadas.
- Además, como siempre, es recomendable no fumar y evitar por completo el tabaco.
- Asimismo, mucho cuidado con alimentos muy ácidos como determinadas frutas o zumos, ya que también potenciarán la sensación de ardor.
En definitiva, si crees padecer el síndrome de la boca ardiente, no dejes pasar un minuto más y ponte en manos profesionales. Haremos todo lo que esté a nuestro alcance para dar con la causa y calmar el malestar. En nuestro caso particular estamos tratando este síndrome con la nueva técnica de RMR y estamos muy satisfechos de los resultados. ¡Te ayudaremos!
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