El verano es sinónimo de libertad y diversión para los más pequeños de la casa. Con las vacaciones escolares, hay menos rutinas y los días se aprovechan más al aire libre, en la piscina, la playa, los campamentos, los campus o el pueblo. Es una estación para disfrutar, pero presenta ciertos desafíos para la salud bucal infantil. En este artículo, te damos consejos para que tus peques sigan con una sonrisa brillante y saludable al final del verano.
Principales desafíos de la salud dental en verano
No tener horarios. Resulta muy relajante para toda la familia, pero la ausencia de rutinas hace desaparecer hábitos tan necesarios como una adecuada higiene bucal. Y sucede, precisamente, cuando más necesaria es una limpieza a fondo ya que es muy frecuente comer helados o chucherías, picar entre horas o pasar sed.
-Consumo de más azúcar. Helados, refrescos, zumos… Si para los adultos ya es difícil decir que no a las tentaciones azucaradas ante las altas temperaturas, más lo es aún para los más pequeños de la casa. Pero debemos recordar que el consumo de estos alimentos y bebidas dulces aumenta el riesgo de caries dentales debido al alto contenido de azúcar.
-Desorden en las comidas. Durante el verano, los niños pueden tener más oportunidades para picotear entre comidas. Si picoteamos frecuentemente, nuestros dientes están expuestos a estos ácidos durante períodos más prolongados, lo que aumenta el riesgo de caries.
-Cambio en las rutinas. En las vacaciones, puede disminuir la regularidad del cepillado y uso del hilo dental. Debido a la falta de horarios regulares, los pequeños son menos conscientes de la necesidad de una adecuada higiene bucal, e incluso interrumpen puntualmente la rutina de limpieza.
-Deshidratación y boca seca. Las altas temperaturas y la actividad física aumentan el riesgo de deshidratación. Una boca seca puede reducir la producción de saliva, que es crucial para neutralizar los ácidos en la boca y prevenir las caries.
-Menor supervisión parental. En casa de los abuelos, con los amigos, en el pueblo, en el campamento… En verano, los niños pasan más tiempo fuera de casa y de la supervisión de sus padres que no pueden controlar hábitos como la dieta o el cepillado de dientes.
Consejos para mantener la salud dental en verano
-Mantén una rutina de higiene bucal. Es importante mantener los hábitos de cepillado y uso de hilo dental, especialmente en los días de descanso y en viajes, en los que cambiamos nuestros hábitos de alimentación. Una recomendación: establece un horario fijo para que los pequeños se cepillen los dientes, por ejemplo, después del desayuno y antes de dormir.
-Modera el consumo de azúcares. ¿A quién no le apetece un helado o un refresco en verano? Pero podemos intentar cambiarlos, de vez en cuando, por alguna apetecible fruta de verano. Será más saludable y aportará un extra de hidratación. También son buenas opciones un yogur o algún zumo natural. Y si vamos a pasar fuera el día, es importante planificar esos snacks saludables para no caer en la tentación de comprar siempre dulces.
-Hidratación adecuada. El verano es la época en la que más agua necesitamos, pero también es cuando la deshidratación es más común, lo que puede afectar a la salud bucal. La saliva es fundamental para protegernos contra las caries y las enfermedades de las encías. Por eso, hay que animar a los niños a que beban agua, especialmente después de actividades físicas intensas, como un partido de fútbol, un baño en la piscina o una excursión.
¿Afecta el cloro de las piscinas a los dientes?
Es una de las dudas más repetidas del verano y la respuesta es sí, pero, tranquilidad, porque son afecciones que se producen tras una exposición al cloro muy prolongada en el tiempo. El agua de piscina suele ser más ácida debido a los productos químicos utilizados para su tratamiento, incluidos el cloro y los estabilizadores. Por ello, puede contribuir a la erosión del esmalte dental, la capa protectora externa de los dientes, y conllevar sensibilidad dental y aumentar el riesgo de caries.
En casos raros, los nadadores frecuentes también pueden experimentar una patología conocida como “dientes de nadador”, la aparición de manchas marrones o amarillentas, resultado de los depósitos minerales que se producen en piscinas con desequilibrios en los productos químicos. Por ello, recomendamos enjuagar la boca después de nadar con agua potable para eliminar cualquier residuo químico.
¿Se producen más traumatismos dentales en verano?
Las estadísticas nos dan la respuesta: uno de cada cuatro jóvenes entre 10 y 19 años ha sufrido lesiones dentales y dos de cada tres se producen en verano. Una caída en la bicicleta, un resbalón en la piscina o un choque en cualquier campus deportivo son algunos de los muchos motivos por los que sufren las dentaduras de los más pequeños, aún en desarrollo.
Las afecciones más habituales son las roturas y las luxaciones, o lo que es lo mismo, el movimiento de piezas dentales. Lo más importante si se produce un traumatismo dental es mantener la calma y enjuagar la boca con cuidado, sin frotar el diente dañado. Es clave buscar atención profesional lo antes posible para analizar el daño y encontrar una solución cuanto antes.
Disfruta del verano con una sonrisa
En conclusión, el verano pone a prueba cómo hemos educado a nuestros hijos sobre la importancia de la higiene dental y de mantener una dieta saludable. También es un momento para fomentar en ellos la independencia y la responsabilidad en su propia higiene cuando están fuera de casa. Podemos, por ejemplo, preparar con ellos un kit bucal cuando se van de campamentos o con familiares. Además, te recomendamos que nos visites antes de comenzar el curso para revisar la salud bucal de tus pequeños, de modo que comiencen el curso con la mejor de sus sonrisas.
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