Tres estudios recientes avalan las propiedades bucodentales de esta bebida mediterránea. El principal estudio viene del Centro Médico Universitario de Rochester en Nueva York, y afirma que algunos componentes del vino ayudan a prevenir la acumulación de placa y la aparición de la caries.

Otro informe, realizado en la Universidad italiana de Pavia, mostró que los antioxidantes del vino tinto entorpecen la actividad de bacterias que se encuentran en la boca (streptococcus mutans) y que provocan caries.

Expertos de la Universidad de Lavat, Canadá, explican que algunos componentes del vino, llamados polifenoles, consiguen modular algunas sustancias liberadas por los macrófagos que propician la inflamación y que generan la acción de los radicales libres, por lo que se reduce la aparición de diversas enfermedades periodontales.