Blancorexia. Suena a nueva moda y, sí, en parte, lo es. Blancorexia es la obsesión por tener los dientes blancos y relucientes. Y cuidado que, tener los dientes blancos es sinónimo de salud, higiene y bienestar. Sin embargo, convertir ese deseo en una obsesión es un camino muy peligroso. Así que vamos a ir paso a paso abordando este tema desbancando mitos:

¿Pueden ser los dientes blancos? Sí y no. Los dientes sanos tienen un color muy cercano al blanco, pero no son totalmente blancos. Además, con el paso del tiempo y el contacto con otros alimentos o medicamentos, los dientes van tornando ligeramente su coloración y tienden a contar con tonalidades más próximas al marfil, al amarillo o incluso al gris. Si lo hacen de una manera muy sutil, no pasa nada: no hay que tomar ninguna medida al respecto. Sin embargo, si esta coloración es muy intensa, es cierto que afean la dentadura y, por ende, la sonrisa. Así que, partiendo de la base de que los dientes no son puramente blancos, sí podemos aspirar a que nuestra dentadura se acerque a este color, pero sin obcecarnos.

¿De qué modo se manifiesta la blancorexia? Quienes padecen esta obsesión jamás ven sus dientes lo suficientemente blancos, de manera que recurren a todo tipo de tratamientos sin control médico para conseguir su objetivo. El resultado se traduce en unos dientes extremadamente blancos sumamente artificiales y totalmente irreales poniendo en peligro su salud, ya que los tratamientos a los que se someten son en ocasiones demasiado agresivos y terminan por afectar la salud bucal irritando las encías y garganta o desgastando el esmalte, entre otros perjuicios.

¿Existen tratamientos supuestamente blanqueadores peligrosos? Sí.  En la actualidad es posible encontrar en parafarmacias o supermercados sustancias supuestamente blanqueantes que pueden constituir un peligro, ya que a costa de blanquear los dientes, agreden su estructura causando daños en la salud bucal.  Esto ocurre especialmente cuando se realizan los tratamientos sin una supervisión de un profesional y con mayor frecuencia de la recomendada. Entre los efectos están las grietas, hipersensibilidad o daños en la pulpa dentaria que, en casos extremos, pueden ocasionar incluso la muerte. Pero también pueden producir pérdidas de dientes y cambios en la lengua e incluso en la percepción del sabor.

Por otra parte, se escuchan muchos remedios naturales y caseros, pero la verdad es que no tienen propiedades para blanquear los dientes, así que seguir estos consejos es, muchas veces, una pérdida de tiempo.

¿Por qué cae mucha gente en la blancorexia? Vivimos en un mundo donde la imagen predomina y son muchas las personas las que, por verse bien, son capaces de cualquier acción. Debemos intentar mejorar, por supuesto, pero también es esencial aceptarnos cómo somos y buscar la naturalidad, alejándonos de lo extremadamente artificial.

¿Existen tratamientos que blanquean los dientes respetando su estructura? Por supuesto. Los tratamientos de blanqueamiento que existen en la actualidad en las clínicas odontológicas son plenamente efectivos y respetuosos con la naturaleza de los dientes. Estos tratamientos contienen sustancias químicas que deben utilizarse con conocimiento, por ello, siempre, siempre, siempre es imprescindible realizar los blanqueamientos de la mano de un profesional que valore cada caso y decida la técnica a emplear (láser, luz fría…). Además, es bueno reseñar que estos tratamientos aclaran el tono de los dientes, pero no alcanzarán un blanco nuclear, ya que este no es el tono natural de nuestras piezas dentales.

¿Cada cuánto es aconsejable realizar un blanqueamiento dental? Depende, como siempre, de cada persona, pero la media se encuentra en uno cada cinco o seis años. En el caso de que el color obtenido no sea el deseado, también existen otras opciones como es colocar carillas en los dientes.